domingo, 11 de noviembre de 2012

Mi taller, nuestro taller




Suelo considerar a mi conciencia como un juez imaginario, incorruptible, paciente.
Así le hablo, así le hablé en algún momento de la semana:
Señor Juez, debo prestar testimonio ante usted sobre un taller literario.

Estoy allí por obra y gracia de mi compañera -en el diario BAE- Sofía Bustamante, no diré mucho pero intentaré expresar al máximo. Alguna vez el celestial Pep Guardiola les habló a los 60.000 hinchas del Barcelona que asistieron al estadio Nou Camp para la presentación protocolar del equipo. De allí rescato una de sus frases: “¡Ajustad el cinturón porque este viaje será para disfrutarlo!” invitó el catalán.
Pues ése espíritu tienen los talleres aquí y en especial este segundo capítulo que compartimos.
Si me permite la comparación cinematográfica, Su Señoría, los talleres tienen la magia de Tim Burton o la delicadeza de la inolvidable “En el Campo de los Sueños” (1). Aquí uno sube cada siete días al "Trencito de la Alegría" (letal metáfora de un compañero barbado) y puede jugar como cuando fuimos niños y llevarse la tarea para el hogar. Y hay un común denominador, todo es reconfortante.
Señor Juez, parafraseando a Alejandro Dolina diré que hay vientos de gloria en poder gritar desde el silencio “que uno al fin y al cabo escribe para que lo quieran”. En beneficio de mis compañeros, a sólo efecto de enaltecerlos, juro que en este taller, percibo eso. Energía vital incluso para la categoría Sub 54 que integro. Alego también que nadie me espetó edad, prejuicios, rango, condición social o pensamiento político para integrarme. El valor agregado es que encontré coincidencias en cuanto a mis pensamientos políticos, pero excúseme de mayores precisiones.
Sí creo relevante, a los efectos del camino infinito de la expresión hacia la sabiduría, señalar que nos leemos con devoción, nos oímos con atención. Y hay devoluciones, sin que nadie tenga que bailar en el caño o esperar el puntaje de un jurado. Verá Señor Juez, hasta el jardín que está en la planta baja donde se desarrolla este taller es directamente proporcional -en cuanto a tonos, estética y luz- a las personas que llegan allí sábado tras sábado.
Hablar de quien nos guía, Natalia Rozenblum, sería un capítulo aparte. Intentaré explicar con brevedad: ella tiene diversas formas de expresión, van desde su Poemario, sus mails que jamás fastidian y hasta sus sonrisas, contagiosas o piadosas. Profesa el don de corregir para mejorar, nos alienta a susurrar o gritar desde las letras.

Verá Su señoría, cuando niño, si algún lugar me gustaba mucho, me hacía bien, me elevaba en espíritu, cuerpo y alma, le preguntaba a mamá: “¿Mañana podemos volver aquí?” Su respuesta viene a cuento hoy, viene a cuento de este taller. Mamá decía: “Podés volver todas las veces que tu corazón y tu memoria lo permitan. Hay que intentarlo siempre”.

Es todo Señor Juez.

(1) Film protagonizado por Kevin Costner, basado en una historia fantástica en torno al béisbol  donde suceden cosas maravillosas, como que un padre se reencuentre con su hijo más allá de su muerte y concilien distancias pasadas en el presente mágico a través de ese juego. 
Postdata: Hay 7 minutos de actuación de Burt Lancaster, encarnando a un viejo médico que merecen ser parte de la eternidad. 

A continuación un link con más datos sobre esa película.

http://es.wikipedia.org/wiki/Field_of_Dreams

1 comentario:

  1. El maravilloso poder de la creación colectiva, la inspiración mutua y el entusiasmo compartido. Magia pura.

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