domingo, 16 de diciembre de 2012

El túnel del optimismo inexorable




"The Time Tunnel", épica serie de los sesenta.

Entre todo aquello que se puede coleccionar, no deberían faltar los diálogos que nos enriquecen. Esa gama que puede abarcar apuntes necesarios para el aprendizaje o reflejos que nos iluminen desde la energía de nuestro interlocutor. Incluso pueden ser inmunes al tiempo.
De Federico Baggini ya hemos dejado una semblanza en el texto “FB en la Legión de Superhéroes Argentos” de este blog. A riesgo de exponer cierto ego compartimos parte de una charla con él. Consideramos que su primer plano es elocuente para tal menester. Es el mismo escenario que ameritan sus cuento o ensayos. El diálogo viene con condimentos pero si lo desean podrán agregar todo aquello que les agrade.

Baggini suele matizar su humor con escritos o pensamientos en voz alta dentro de una atmósfera muchas veces "borgiana". Por ejemplo al considerar que: “La soledad es una condición, creo, que atañe a todo ser que aspira a una trascendencia. El pasado es algo que nada tiene perdonado”.
Al comentarle ciertos reflejos de Borges en sus dichos, Baggini se excusó amablemente de cualquier cercanía a lo más lejano de ese escritor y nos permitió el humor.
-“Hágase cargo, es una descripción” le ordenamos.

-Lo único que puedo decir es que de sólo comenzar a pensarlo esa idea me abruma. No me considero cercano a las formas de Borges en absoluto. Aún así le agradezco su percepción. Sobre todo porque usted tiene un camino de literatura y artes que no pienso subestimar.


-No crea. No he leído tanto como hubiera querido, o he leído muchísimo del rubro chatarra. Y no en situación de víctima créame, sino muchas veces en la negligencia del desaforado.

-Lo destacable en principio es leer. El hábito. Y a todos nos queda cuerda, energía, tiempo para desandar a algunos de los literatos que no hemos apreciado todavía.

-Verá, el fútbol y el periodismo han sido a veces una adicción tan perjudicial como el tabaco. Consciente de los tres hábitos asumo cierta autocrítica. No reniego de ese juego que me fascina ni de mi oficio. Pero hoy a la distancia de ciertas aristas juveniles creo que a determinada edad no se puede sentir que el "gran eje" de las alegrías y tristezas son las novelas de caballería. Sin renegar un segundo del placer por el fútbol.
Y, coincido, hay tiempo. Fenómeno que verifico trabajando junto a los compañeros de este taller. (1)

-Absolutamente. Todo en suma es algo beneficioso. No creo en los tiempos perdidos. Fíjese que muchas veces perder es no volver a encontrar, y por más que uno haya empleado su tiempo en cuestiones abstractas, oníricas o de metafísica, o si se quiere en trivialidades, nimiedades y banalidades, el tiempo ha sido empeñado de algún modo y está cerca de nuestra rendición a la vida y al pasado.

-Usted reserva una visión positiva muy elogiable. Pero existe también el tiempo dedicado al rescate de un pasado inexorable. Algo así como chocar de frente -sin ser el Quijote- con los Molinos de Viento.


-Quizás una alternativa a esto que abrevia sería no abocarse al rescate de lo inexorable, dado que en ello emplea el tiempo que es de connotada utilidad para ese crecimiento que se reprocha.

-Tan exacto, tan simple, tan poco ejercitado...

-Tan exacto, tan simple, tan poco ejercitado por el género humano.


-Género del cual muchas veces somos "trapos".

-¡Pero hombre! Estos son momentos de alegría, de reconciliación, con nuevas y fraternales amistades. Y no me refiero a las fiestas de fin de año. No troque al semblante agobiado de pesimismo. Puede que lo seamos, pero también hay muchas mariposas en el género humano.

-No, nada de pesimismo. 'Expresando sinceridad está la senda del optimismo'. Solía decir mi abuela.

-¡Veámoslo así entonces!

Y otra vez Baggini me dejó pensando: viajar por el Túnel del Tiempo y rescatar el optimismo inexorable...



(1) Federico Baggini y quién escribe participan del Taller de Escritura Creativa a cargo de la profesora Natalia Rozenblum.

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